Publicado por

Entre el biberón y el móvil

Entre el biberón y el móvil
Publicado por

Entre el biberón y el móvil

  Entre el biberón y el móvil Úrsula Bischofberger Valdés Taller de Fotografía e Imagen Universitat Oberta de Catalunya Madrid, 18 de…
  Entre el biberón y el móvil Úrsula Bischofberger Valdés Taller de Fotografía e Imagen Universitat Oberta de Catalunya…

 

Entre el biberón y el móvil

Úrsula Bischofberger Valdés

Taller de Fotografía e Imagen

Universitat Oberta de Catalunya

Madrid, 18 de diciembre de 2022

 

Hoy como ayer, mañana como hoy,

¡y siempre igual!

un cielo gris, un horizonte eterno,

¡y andar… andar!

Gustavo Adolfo Becker

Rima LVI

 

Realizar un trabajo fotográfico en el que experimente con el concepto del instante decisivo; la pieza debe estar justificada conceptualmente ofreciendo una mirada crítica e inteligente sobre el mundo que nos rodea y utilizar como recursos expresivos el fotomontaje, la perspectiva y el movimiento. 

Los conceptos que debemos manejar porque actuarán como background son: el papel de la instantánea a la hora de denunciar situaciones de injusticia social, por su capacidad de documentar momentos que han supuesto revulsivos para la conciencia de distintas épocas; el papel de la fotografía en la crítica feminista a la sociedad heteropatriarcal y la invisibilización del trabajo artístico de las mujeres; y, por último, el paisaje urbano en el capitalismo avanzado. 

 

He fotografiado un grupo de mujeres que están dedicadas al cuidado de sus hijos en el tiempo de ocio. Es día y hora de fútbol, sus maridos están viendo el partido y ellas se han llevado a los niños para que no les molesten. Han llegado a su destino desde países árabes o desde oriente, y el bienestar al que aspiraban tiene un nombre: estar con los niños en el McDonald del Puente de Vallecas de Madrid, España, en el continente europeo. 

 

Primer nivel de significados: los gestos. 

Es una instantánea. Han sido sorprendidas en pleno movimiento. La que está sentada, comparte su atención entre el bebé, al que da el biberón, y el móvil de carcasa azul, que ahora descansa delante de ella; establece un diálogo intermitente, visual y táctil con el bebé.  La que está de pie a la izquierda, está en la misma situación: sostiene el móvil e indica, a la vez, algo a su niña, que es la de la trenza larga negra. La de la melena cuidada tiende la mano, tal vez diciéndole algo de su abrigo. La niña más pequeña, de chaqueta roja, está pendiente de la mayor, y le está hablando. Hay dos personas en eclipse: el que está sentado y la mujer del primer plano a la derecha, que está indicada por el óvalo de su cara. Las seis de las que que hablamos están pendientes unas de otras, en ese desbarajuste de cuidados sin reciprocidad. Hasta el bebé está fuera del medio contacto que establece su madre con él: él es el único que ha notado que alguien ha levantado, de pronto, los brazos; soy yo. Acabo de alzar los brazos porque estoy fotografiando rápidamente y desde arriba, para no ser vista. 

 

El movimiento y las formas. Es una instantánea. No pasa nada especial, todas han sido captadas, súbitamente, en plena actividad de acomodación poco después de la llegada al restaurante. La foto no se ha hecho con su consentimiento, Todas están involucradas en alguna actividad, salvo el niño sentado en la silla, que no hace nada más que estar: el pequeño varón, ya ajeno al trasiego femenino. El interior está ocupado por los cuerpos en movimiento, y la perspectiva está acentuada por las baldosas. Los volúmenes se reparten en las zonas centrales, y se cruzan justo en la cabeza de la mujer que está de pie, bajo el logotipo doble del McDonald’s, que asume una posición central. Las baldosas dan unión a este conjunto de figuras dispersas y armonizan con el pañuelo de la mujer de la izquierda, 

 

Segundo nivel de significados: las ropas. 

Las pequeñas chaquetas acolchadas, que han tenido un precio y son una protección frente al frío, han sido perfectamente acomodadas en las sillas: son los objetos que simbolizan el bienestar que les dan, blando y cálido nido portátil fuera que se retira cuidadosamente dentro, caras pero asequibles chaquetas en colores pastel; merecen un trato tan cuidado como el que se muestra. Las de ellas, en cambio, tienen un carácter distinto: de colores oscuros, anodinas, no se retiran cuando están dentro del local, una incluso lleva descuidadamente abierto el bolsillo… pero el pañuelo y los tacones, incómodos significantes de muchas cosas, están presentes. 

El color. He modificado la foto, la he aclarado para que las formas predominen sobre las manchas oscuras y para que muchos tonos se vuelvan pastel. Predominan todas las gamas de verde (hasta el globo es verde)  y hay una gran mancha del complementario, el rojo, en primer plano a la derecha, que se completa con la pincelada de rojo que es la ropa de la niña pequeña sentada, que queda en una posición central. En general, se ha buscado con la postproducción una gama de tonos más bien fríos, pero el rosa central de la chaqueta del primer plano resalta, también y como vamos a ver después, los rosas y su simbología. El amarillo del logotipo destaca y preside, se ha encuadrado de forma que ocupe un lugar central, porque es importante en el significado de la foto.

 

Tercer nivel de significados: los símbolos de la represión de la mujer. 

Tienes que cubrirte, ¡cúbrete!. tienes que ocultarte, ¡ocúltate!,  tu mera presencia enciende, provoca erecciones, puede suscitar una violación, desencadena oleadas incontenibles de deseo, cúbrete el pelo. ¡El pañuelo! Tienes que calzarte con tacones, tu obligación es ser bella, ese es tu estándar aunque los pies se llenen de deformidades casi como los de tus hermanas ancestrales. ¡Aguanta! Tienes que cumplir, mujer, con la imposición de los que hablan, de los que saben, de los que desean, de los agentes activos del sexo, de los que arbitran lo que es y niegan lo que no debe ser. Aunque atravieses océanos y experiencias sin cuento en el viaje entre tus orígenes y la lejana Europa, las restricciones están en tu hombre y en ti misma, mujer. ¡Calla! Las restricciones te acompañan. 

Las modificaciones en la foto han hecho que resalten, en negro, los zapatos de tacón, en la parte inferior casi en posición central y, uno a cada lado, los dos pañuelos. Por otra parte, la mancha oscura más importante es la que forman la madre del bebé y su carrito, que son un eje horizontal importante que se contrapone al eje vertical de la mujer de pie y el logotipo. 

 

Cuarto nivel de significados: las relaciones familiares. 

Yendo hacia atrás en el tiempo, el primer momento de esta escena es de dolor, de líquidos, de secreciones hormonales, de oxitocina, de sangre. Es un primer momento que cierra un vínculo que instituye una relación de necesidad que no puede ser de abuso; y es el mismo primer momento que instituye una realidad que, paradójicamente, sí es instrumentalizada para instituir como necesario el abuso. La relación que se contempla es la primigenia, la más fuerte y la más cierta. No hay ninguna que se pueda comparar con esta relación de mamífero y cría, porque la relación del ave y el reptil con el huevo es incierta, el huevo está fuera y sometido al azar, mientras la cría de mamífero es evidencia, es continuación.

La familiaridad está subrayada por el descuido, la falta de formalidad. Cada cual, más o menos, hace lo que quiere… el bebé no mira a la madre que le está alimentando, las dos mujeres están de pie, las dos madres sentadas no se han molestado en quitarse el abrigo, todo va fluyendo, parece, según las necesidades de los niños. 

 

Quinto nivel de significados: la sala nutricia

El arco M, o logotipo doble, preside la escena. No es casualidad que la escena se desarrolle en un lugar dedicado a la comida: es la nutrición el cordón umbilical que sigue abierto, que continúa en la mujer con órgano expendedor de leche y la mano como órgano de servicio, lo que da a su ser biológico el sentido de la hembra orientada a la heterosubsistencia y lo que marca, en su potencia y a la vez que su potencia, su vulnerabilidad: el peculiar contrasentido de su potente ser para sí por ser para otro, y la oportunidad al abuso por el miedo a este poder como restauración instituida del orden. 

El biberón tiene una posición importante en la foto, es lo más blanco y contrasta con lo más negro, que es la parte de dentro de la capota. Es la madre amamantando con su biberón, pero de lejos, con poco rigor. Un momento antes estaba con el móvil, un momento después estará con el móvil. Se ven las mesitas. La idea de ir a un restaurante de comida rápida para fotografiar a las madres ha sido el plan central de la fotografía, y he hecho varias series de fotos de madres e hijos, todas ellas tríos de madre-hijo-móvil. 

 

Sexto nivel de significados: la marca. 

Fotografiamos un interior, universal y típico del capitalismo avanzado: una sala de un McDonald’s. La mujer del pañuelo en la cabeza ha elegido el McDonald’s cuyo centro es Chicago, Illinois, y ha desechado opciones más próximas a los menús de su casa. Comida rápida, barata, popular, cualquiera diría que ella desea tener una melena rubia y salir a limpiar un parabrisas en una escena de una road movie. Está la represión sexual, está el ser verdadero de los colonizadores del mundo, están las Torres Gemelas y Trump, y todo ello ha llevado a que esta mujer del pañuelo en la cabeza elija el McDonald’s y no el kebab de la esquina. Cualquiera sabe que, en el camino a la felicidad, el McDonald’s está más cerca de la meta.   

El arco M o logotipo doble es el rey, el centro de la escena, la bombilla del Guernica, el sol. Las mesas reducidas y fijas, la funcionalidad de todo el decorado, los ventanales a través de los que se adivinan los edificios urbanos, todo este decorado forma parte de la promesa de libertad que, como vamos viendo, es una promesa incumplida. 

 

Séptimo nivel de significado. Quiénes son. 

Dan igual las caras. Dan igual las identidades. Son las madres. Las madres son el ser-para-otro que se querría para sí, pero no puede. Es Cristina llevando al niño al colegio, corriendo, a primera hora, pesarosa porque ha devuelto;  Carmen mintiendo porque el niño ha tosido mucho y hoy no puede ir a trabajar; es Elena sacando el resto de bocadillo del bolsillo antes de meter el chándal en la lavadora; es Norma, cualquier Norma de cualquier historia, queriendo irse o yéndose para recuperar la libertad. 

Las caras de las adultas no aparecen, y las de los niños se han difuminado hasta hacerlas irreconocibles. No queremos molestar, queremos respetar el derecho a la propia imagen que establece la normativa vigente. Además, su falta de definición apoya lo que decimos: qué más da quiénes sean, quienes sean no es relevante. Son madres. 

 

Octavo nivel de significado. El trabajo, el esfuerzo. 

Hay que atar los zapatos, limpiar las bocas, bañar los cuerpos, limpiar el culete, dar de comer, acunar, preparar el biberón, calentar la comida, echar a lavar la ropa, consolar, explicar, intentar que se duerma, curar una herida, tranquilizar, secar las lágrimas, volver a calentar la comida, comprar. Todo ese trabajo no se reparte: cae en quien tiene que caer. Toda la situación es una flagrante injusticia. La escena en el lugar supuestamente de ocio es una escena de trabajo, de esfuerzo. Y ese trabajo cae en quien tiene que caer porque siempre ha caído allí. 

No presento, pero he recogido esas fotos de hacer coletas, atar zapatos y un largo etcétera de tareas que se dan el día de ocio en el centro de ocio, mientras lo pasamos bien. 

 

Noveno nivel de significado. El móvil, y quién se atreve a dejar solos a los niños. 

La solución no está en la negligencia. El móvil, amigas, es una falsa escapatoria. Los hijos necesitan crianza, atención, interlocución, intervención constante, atención plena. Hasta el óvalo de la cara que aparece a la derecha tiene un móvil en la mano. El móvil es el coprotagonista de la escena. Es la escapatoria fácil al mundo virtual de una mujer que sabe, en el fondo, que la libertad que le venden empaquetada en McDonald’s y Europa es otra estafa. 

Aparecen en la foto la pantalla del móvil de la mujer de la derecha, el móvil de la carcasa azul de la mujer que da el biberón a su hijo y el móvil que lleva en la mano la mujer que está de pie. Muchos móviles para tanta ocupación. 

 

Décimo nivel de significado. Primer, segundo… y tercer sexo: la síntesis necesaria. 

 El primer sexo, el hombre. El segundo sexo, la mujer. El tercer sexo, los que tienen dos espíritus, los queer, los LGTBIQ+. El hombre explota a la mujer, su relación con la mujer es necesaria para mantener su preponderancia social, política y económica, y no cederá. El tercer sexo es una amenaza ideológica, un desorden que tolera mal pero que puede tolerar porque su reconocimiento no cuestiona, en realidad, los mismos cimientos del sistema. La crítica al sistema heteronormativo funciona. Los Estados Unidos, el Papa, todos van entrando en razón. Todo occidente a favor del matrimonio homosexual.  Sin embargo, el cuestionamiento de la preponderancia del hombre sobre la mujer es un cuestionamiento a lo más estructural, a la propia médula en que se basa el status quo. Actualmente, la revisión a la baja de la normativa sobre el aborto es intolerable. No ha sido suficiente la crítica feminista a la sociedad patriarcal. En realidad, no ha habido mucho avance en esta área, donde el único avance sería tomar el camino de Medea, la destrucción de los propios hijos, que sería un camino paradójico, porque sería simultáneamente el fin de la civilización que se pretendía recuperar. A no ser que… 

…a no ser que estemos en los albores de una generación queer que asumirá la crianza como nunca antes se ha hecho y que acabará con las contradicciones que retrata esta fotografía. 

Lo significativo es que no veamos nada especial en esta escena. Lo revulsivo es que no veamos, siquiera, que es una escena que debería ser revulsiva. No pasa nada que nos extrañe. Es como si fuéramos miembros de la Roma antigua que, con toda naturalidad, asisten al circo. Nada que reseñar. Mujeres en el McDonald’s. Personalmente, lo que ocurre en esta escena, la opresión asfixiante de la crianza, creo que ha sido el núcleo más hondo de mi propia vida, la contradicción más dolorosa y mi drama más íntimo. 

Apuesto por el tercer sexo y su poder liberador, y veo en él unos ecos de alegría que creo que revitalizarán la cultura de occidente, mientras Asia y África sigues sumidas en una cerrazón que las hermana con la ultraderecha de Europa, para vergüenza de la ultraderecha. 

 

Debate0en Entre el biberón y el móvil

No hay comentarios.

Publicado por

PEC 3 GÉNEROS Y DISIDENCIAS SEXUALES

Publicado por

PEC 3 GÉNEROS Y DISIDENCIAS SEXUALES

Esta es la práctica 3 la asignatura Foto e Imagen. Está enmarcada en los roles adquiridos en el matrimonio con respecto al cuidado de un pequeño y, a su vez, es una crítica al sistema laboral, y a la ausencia de medidas reales, que faciliten la conciliación laboral real. PEC 3 …
Esta es la práctica 3 la asignatura Foto e Imagen. Está enmarcada en los roles adquiridos en el matrimonio…

Esta es la práctica 3 la asignatura Foto e Imagen.

Está enmarcada en los roles adquiridos en el matrimonio con respecto al cuidado de un pequeño y, a su vez, es una crítica al sistema laboral, y a la ausencia de medidas reales, que faciliten la conciliación laboral real.

Debate1en PEC 3 GÉNEROS Y DISIDENCIAS SEXUALES

  1. Úrsula says:

    Hola, Natalia. El instinto maternal, así tal como lo mencionas, no existe. Existe una disposición hormonal que caduca en un plazo, existe un vínculo humano, existe un conocimiento y una responsabilidad. Pero la noción de «instinto» ya ni siquiera se usa en el reino animal… más aún la de «instinto maternal»!!! :)  :)  .)  :)  :)

    La justificación tecnica está GENIAL

    Un abrazo

    Úrsula.

Publicado por

PEC 3 – GÉNERO Y DISIDENCIAS SEXUALES

Publicado por

PEC 3 – GÉNERO Y DISIDENCIAS SEXUALES

PEC 3 …
PEC 3 …

Debate2en PEC 3 – GÉNERO Y DISIDENCIAS SEXUALES

  1. Úrsula says:

    OLÉ!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

    Menudo trabajazo, de fondo, de forma, de todo. Impactante y maravilloso trabajo. Me quito el sombrero, David. Nos animas a todos a dar lo mejor. Un abrazo.

    Úrsula Bischofberger.